viernes, 28 de enero de 2011

Outbreak

Una clepsidra es un reloj de agua. Cada gota simboliza el paso del tiempo, que fluye imparable. No es necesario acotar lo que sucede cuando una clepsidra se resquebraja.

La mente humana es como una clepsidra de fino cristal, y cuando se quiebra los pensamientos gotean al exterior, libres de la frágil prisión que antes los encerraba.

Este blog constituirá para mí la vasija en que recojeré cada gota, cada pensamiento que no pueda contener un alma resquebrajada.

No es más que una pequeña vía de escape para las telarañas que de vez en cuando cubren mi mente, un rincón en que depositaré las ideas más grises.

No lo hago para disfrute de nadie ni para buscar empatía por parte del resto. No espereis encontrar nada brillante en este blog. Es solo una mera libreta en blanco que se llenará de ocurrencias de una adolescente más, no un diario, no una misiva dirigida a nadie. Solo un registro de los sentimientos que asaltan de vez en cuando.

No espero lástima ni consuelo, mi vida no es un cuadro polvoriento, no la veo oscura, no hay una gran tragedia escondida en ella.

Solo soy una chica más con muchas cosas en la cabeza. Y esas cosas, de una forma o de otra, tarde o temprano, han de ser dejadas en libertad. Hay que permitirse a una misma desencadenarlas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario